Shanghái, una metrópolis vibrante donde la historia milenaria se fusiona con la modernidad deslumbrante, cautiva a los viajeros con su encanto único. Desde los icónicos rascacielos de Pudong hasta el pintoresco Bund, pasando por el laberinto de callejones de Tianzifang, la ciudad ofrece una experiencia inolvidable. Su rica historia, su gastronomía exquisita y su cultura dinámica la convierten en un destino imperdible.
La duración promedio de un vuelo directo de Tokio a Shanghái es de aproximadamente 3 horas, aunque esto puede variar según las condiciones climáticas y las rutas específicas. Aerolíneas como ANA y China Eastern ofrecen vuelos directos frecuentes, con varias opciones diarias. Para encontrar las mejores ofertas, es recomendable reservar con anticipación, especialmente durante la temporada alta turística.
Si bien los vuelos directos son la forma más rápida de llegar, también existen rutas alternativas con escalas en ciudades como Seúl o Hong Kong. Estas opciones pueden resultar más económicas, aunque implican tiempos de viaje más largos. Para viajes con presupuestos limitados, los meses de noviembre y enero suelen ofrecer los pasajes más baratos, y reservar con al menos dos meses de anticipación te permitirá acceder a las mejores ofertas.
Shanghái recibe la mayor cantidad de turistas durante la primavera (marzo-mayo) y el otoño (septiembre-noviembre), debido al clima agradable. En estos meses, los precios suelen ser más elevados y hay mayor afluencia de público. Si buscás una experiencia más tranquila, los meses de invierno pueden ser una buena opción, aunque las temperaturas son más bajas.