Sofía, la cautivadora capital de Bulgaria, te espera con una mezcla única de historia, cultura y belleza natural. Su rica herencia, reflejada en sus icónicos monumentos como la Catedral Alexander Nevsky y la Iglesia de Santa Sofía, atrae a viajeros de todo el mundo. Además, la naturaleza te invita a explorar el Parque Natural de Vitosha, a corta distancia de la ciudad. El encanto de Sofía reside en la posibilidad de combinar la exploración de la historia milenaria con la experiencia de una vibrante cultura local.
En cuanto a los vuelos, la duración de un vuelo directo suele ser de aproximadamente 3 horas, aunque esto puede variar dependiendo de las condiciones climáticas o cualquier posible demora técnica. Varias aerolíneas ofrecen vuelos directos, entre ellas, Iberia y Ryanair, con una frecuencia que varía dependiendo de la temporada; podés encontrar desde vuelos diarios hasta varios por semana. Es importante comprobar la disponibilidad y frecuencia antes de reservar tu vuelo.
Si no encontrás un vuelo directo, algunas rutas con escala en ciudades como París, Frankfurt o Ámsterdam son comunes, incrementando el tiempo de viaje. Para vuelos más económicos, las mejores épocas para volar a Sofía suelen ser durante los meses de invierno (excepto Navidad y Año Nuevo), o principios de primavera. Las mejores ofertas suelen aparecer con algunos meses de anticipación, por lo que te recomiendo reservar con antelación para conseguir las mejores tarifas.
Para aprovechar las épocas de menor afluencia turística, y evitar aglomeraciones de gente, te recomendamos visitar Sofía en los meses de otoño, entre septiembre y noviembre, o en la primavera, entre marzo y mayo (excluyendo Semana Santa). Durante el verano, la ciudad se vuelve más concurrida y los precios de los alojamientos y servicios pueden subir, mientras que en los meses de invierno las temperaturas son más frías.