Milán, con su rica historia y cultura, ofrece un punto de partida ideal para un viaje a Marsella, una ciudad costera francesa con un encanto inigualable. Marsella, la joya del Mediterráneo, atrae a viajeros de todo el mundo con sus impresionantes paisajes, su vibrante cultura y su rica historia. Descubrirás la belleza de sus calas, la majestuosidad de Notre-Dame de la Garde y el encanto de su Vieux Port. Un viaje desde Milán a Marsella es una aventura que combina lo mejor de Italia y Francia.
La duración promedio de un vuelo directo es de aproximadamente 1 hora y 30 minutos. Sin embargo, este tiempo puede variar dependiendo de las condiciones climáticas y de las posibles demoras. En cuanto a la frecuencia de vuelos, varias aerolíneas importantes ofrecen rutas directas, como Vueling e Iberia, con varias frecuencias diarias o semanales. Es poco común necesitar una escala en esta ruta.
Si no hay vuelos directos disponibles, las ciudades con conexiones frecuentes son París, Roma y Ámsterdam. Las escalas añaden tiempo al viaje total, llegando a más del doble de duración. Para conseguir los precios más económicos, se recomienda reservar entre noviembre y marzo. La mejor época para comprar vuelos suele ser entre 4 y 6 semanas antes de la salida, pero siempre es bueno monitorear los precios con tiempo para aprovechar las mejores ofertas.
Marsella tiene su pico de turismo durante los meses de verano, especialmente en julio y agosto, debido al clima cálido y las actividades al aire libre. Los meses más tranquilos son de noviembre a marzo, cuando las temperaturas son más suaves y las multitudes de turistas son menores. Considerar la temporada alta y baja te ayudará a planear tu viaje con anticipación y a disfrutar de Marsella con mayor comodidad.